Addie Uhl es una estudiante de estudios interdisciplinarios del tercer año y reportera bilingüe de Mustang News. Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Mustang Media Group.
Necesitamos mudarnos de un lugar a otro. Es parte de la vida. En Cal Poly, mudamos clase a clase, clase a casa, deportes a los clubs y desde ahí a cualquier otra cosa que hacemos. Pero, ¿cómo lo hacemos? ¿Con qué nivel de intención? ¿De qué manera? Con la manera en que las personas están convertidas en tan atrapadas por la tecnología, nuestra manera de mudar ha cambiado también. Es como si la gente no puede ser vista sin hacer algo. Nadie puede mirar a un desconocido en sus ojos y sonreír. Nadie puede existir en su ambiente inmediato sin la adición de un ambiente tecnológico. Es una epidemia—la mezcla de estos ambientes. Una falta de presencia que ha llegado a todas las partes de la vida—aun los que nunca han tenido algo que ver. Cuando las personas que inventaron teléfonos celulares lo hicieron, no estaban pensando: “¿Cómo puedo hacer que sean funcionales para buscar redes mientras camino?” No, no pasó así. Porque ellos no imaginaban un mundo donde personas prefirieron vivir en una pantalla a en un mundo físico. Pero ahí estamos. El nivel de dopamina que estamos acostumbrados a tener es demasiado alto para el mundo físico solo.
También soy parte del problema. A veces, me parece locura caminar sin música, un podcast, cualquier cosa a acompañarme—olvidando que tengo compañía en todo lo que me rodea. En las flores, el césped, el ruido, el hermoso terreno donde está Cal Poly. Caminamos por montañas y vacas, pero elegimos mirar un meme de 2019. Las personas no se dan cuenta de qué tan atrapados son por la tecnología. Pensamos que no es así, pero en realidad la americana normal pasa siete horas y tres minutos cada día mirando a una tele (Exploding Topics, 2025). Eso es el medio tiempo que estamos despiertos. Piensalo. Si sigue así, un medio de la vida de una persona típica existirá en una pantalla. No en la naturaleza, ni en otras personas, ni en sueños. ¿Te apetece?
No es algo nuevo escribir sobre la cantidad de tiempo en pantalla. He estado leyendo cosas así desde la prepa, pero nadie en mi prepa pudiera adivinar cómo la tecnología crecerá. Eso es cosa sobre tecnología—no es algo predecible. Nadie sabe dónde le vendrá después de salir, y muchas personas abrazan este hecho así como la tecnología siempre significa progreso. Tal vez es así, que progresamos, pero a dónde? Hemos conseguido nuevas maneras de hacer cosas que ya hacemos más rápido, sin la necesidad de pensar. Eso es progresión, pero progresión a un mundo en el que todo depende de la tecnología. Con esto, hemos regresado a nuestra manera de hablar con desconocidos, a aprovechar oportunidades del momento, y a notar y agradecer lo que nos rodea. Entonces, la pregunta es, a ti, ¿qué te importa?
¿Quieres ver a Jake Paul volando con alas de AI o quieres mirar una tierra divina? Perdimos bastante por no estar presente, ni consciente de nuestro entorno. Hay una conexión profunda entre los dos que existe para recordarnos que somos partes de algo más grande. Un pequeño pedazo de toda la energía que existe en este mundo. Con más presencia, notamos más, y este mundo tiene bastante para notar. Realmente puede sorprenderte todo lo que hay latiendo con viva día día, justo enfrente de ti. Los animales, los árboles, el viento, la voz de las personas que están a tu lado. Si prestas atención, puedes empezar a ver lo increíble en el sencillo, y cuando agradeces tanto el sencillo, no necesitarás cosas como Jake Paul volando. El sencillo placeres, momentos, oportunidades de conexión existe en todos los lugares. En vez de buscar placer con tanta fuerza, deja de buscar, y simplemente verás tanto que ya hay.
Para regresar a donde empezaba. Nos mudamos de un lugar a otro. Es un acto sencillo, ¿no? Y lo hacemos todos los días. Puedes hacerlo como un robot, mirando a tu tele, o como un ser, mirando a los otros seres. Y te diré que cuando empiezas a realmente mirar, lo mucho que verás es suficiente dopamina. Parece un cambio, lo sé, pero no somos atrapados dónde estamos. No existimos en determinación tecnológica cuando todavía tengamos libre albedrío.
La pregunta es, qué harías con lo tuyos?



